miércoles, 9 de abril de 2008

Y ahora, ¿qué?

Ya han pasado más de dos semanas desde que se recogiera el último paso allá por San Francisco a eso de las tres de la tarde. Ya hemos tenido las correspondientes tertulias oficiales y las no tan oficiales, en las que hemos ido dando buena cuenta de todos y cada uno de los detalles que hemos vivido en la Semana Santa tanto de nuestra tierra como de otras ciudades. Ya nos hemos encargado de buscar y visionar los deuvedés de las salidas, y repasado las fotografías que ya se ven por internet.

Estos quince días que han pasado nos han llevado hasta la fecha en la que habitualmente nos encontramos celebrando la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y es por esto quizás, por lo que se están haciendo aún más extraños estos días. Los días posteriores a la Semana Santa suelen ser días casi de resaca, tienes que pararte a pensar en todo lo ocurrido, vivido, visto… y ordenarlo en tu cabeza para poder empezar a saborearlo lentamente, a la velocidad que se suelen pintar los buenos cuadros…pero este año, que nos ha dejado esta Semana Santa casi antinatural, nos está haciendo padecer en estos días una especie de “síndrome de abstinencia”, un “mono” producido por la falta de sensaciones que vienen dadas por el clima, la luz, la gente, los aromas…etc.

A todo esto se nos une la melancolía perpetua del cofrade, que vive en la eterna expectativa de la llegada de la siguiente Cuaresma, de los próximos actos de la Hermandad. Y ¿Cómo soportamos esta espera?. En unos días, hemos vuelto a las reuniones de las Casa-Hermandad (Getsemaní, Betania, Consuelo-Angustias…), de los bares cofrades por excelencia (Clemente, El conejo…). Ya en breve tenemos los primeros ensayos de los primeros pasos de Gloria, la celebración del Corpus Christi, el Rocío, las celebraciones de San Antonio, el Carmen de Bonanza y Bajo de Guía, los Ángeles, nuestra Patrona…y así, iremos pasando los días, pasando las marchitas hojas del calendario, imaginándonos en nuestro pensamiento la salida del año que viene, ilusionándonos con los nuevos proyectos, trabajando para conseguirlos y que se hagan una realidad, en definitiva, viviendo la Semana Santa durante todo el año.

El Guardabrisas.

Antonio Romero González