lunes, 22 de septiembre de 2008

DÍAS DE GOZO Y ALEGRÍA


El pasado día 20 del mes que corre, se produjo en la Santa Iglesia Catedral de Jerez un acontecimiento que para la comunidad Cristiana sanluqueña en general, y dentro de ella, para los cofrades en particular, que nos llena de gozo y alegría. Este acontecimiento no es otro, como todos ya sabéis, que la Ordenación Sacerdotal de nuestro querido amigo D. Roberto Romero Barello.

Yo, como ya he difundido en otras ocasiones, no soy tan pesimista como algunos con el momento actual que está viviendo la fe. Lo que si es preocupante es el número cada vez más escaso de jóvenes, y no tan jóvenes, que deciden servir al Señor desde el sacerdocio. Lo que posiblemente nos dé para un debate más amplio, al igual que todo lo que conlleva el momento actual de la sociedad y como deberíamos vivir nuestra fe.

Volviendo al tema que estamos tratando, puedo decir, que aunque ya tuve el privilegio de vivir el año pasado la ceremonia en la que Roberto aceptó el Diaconado, este año he vivido, junto a grandes amigos, el rito de iniciación en el Sacerdocio de forma distinta. Por muchos motivos, pero especialmente porque he reflexionado mucho durante las horas que han durado dichos cultos. He pensando que la Iglesia está falta de jóvenes, y de jóvenes formados, y en este caso, la Iglesia se lleva a un gran joven y mejor formado. Además, tanto en la Homilía del Señor Obispo y Administrador Apostólico como en la primera que ha dado Roberto en su primera Eucaristía, he visto un signo que llevaba buscando ver en la Iglesia desde hace años. El discurso que nos dieron fue bastante claro y directo, para saber lo que nos va a deparar los años de sacerdocio de nuestro amigo. Entrega, amor búsqueda del necesitado para ir en su ayuda. Entrega y amor hasta el extremo. Esta savia nueva, tan necesaria como el aire que se respira, si tiene unas bases y unas ideas tan claras, está llamada a ser de las importantes en la Diócesis.

Para terminar quisiera darle las gracias al nuevo sacerdote por haberme hecho partícipe directo de un hecho tan importante para su vida. En estos días en los que ha estado rodeado de sus amigos de toda la vida, me he sentido un privilegiado por haber sido uno más en todos esos acontecimientos. Espero que entienda que la prudencia y algunos motivos que ya sabe, me haya hecho retirarme cuando lo creía oportuno.

Roberto, espero que el camino que te ha marcado Jesucristo lo sigas con la fuerza y cariño que has demostrado desde que te conozco hace ya más de once años. Hacía falta que gente con tu preparación entrase en estas Parroquias sanluqueñas. Que estos días de gozo y alegría que hemos vivido este fin de semana no sean más que el principio. Y por supuesto, te haremos caso, pediremos para que no desfallezcas y tus equivocaciones sean las menos posibles, al igual que esperamos tus súplicas por todos nosotros.

El guardabrisas.

Antonio Romero González