martes, 22 de diciembre de 2009

Besamanos Esperanza Macarena


No es preciso que te alaben
bella perla de San Gil,
porque todo el mundo sabe
que de frente y de perfil
más buena moza no cabe.


Como Tú ninguna
Estrella de la mañana
de morena de juncal
y de gracia sevillana.


Pero como Tú ninguna,
porque Tú eres la Giralda
en repique de alegría
por los caminos del alba
y también Torre del Oro
entre espumas recamada,
y Guadalquivir de encajes
con orillas de esmeralda,
porque en su cauce navegue
tu pena de sal amarga.



Pero como Tú ninguna,
porque Tú eres la bandera
del candor y la ternura,
en el mástil de esta tierra
rincón de amor y ventura,
y eres su calle de cielo,
y eres su plaza escondida,
y eres cristal de sus fuentes,
y eres luz de esquinas,
y eres flor de sus jardines,
y eres venda de su herida,
y eres su escudo de gloria,
y eres sangre de su vida,
y eres árbol de su sombra,
y eres rosa de su espina,
y eres ala de su vuelo,
y eres campana en su arista
y eres perfume en su ambiente,
y eres color de sus días,
y eres copla en sus sentires,
y eres su faro y su gía.


Por eso a Ti Macarena,
tallada en jardín de brisas
con las gubias celestiales
del dolor y la sonrisa,
te hicieron la Soberana
de las legiones divinas,
te coronaron de estrellas,
te proclamaron Bendita,
y te bajaron los ángeles
para dejarte en Sevilla.
Por eso reinas habrá,
pero como Tú, ¡Ninguna!





















lunes, 21 de diciembre de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

IV Exaltación Poética Gracia y Esperanza

El pasado domingo 13 de diciembre de 2009 a las 12.30 del medio día,
tuvo lugar la IV Exaltación Poética en honor a nuestra Sagrada Titular
María Santísima de Gracia y Esperanza.

Dicha Exaltación fué recitada por nuestro Hermano D. Antonio Romero
González que, además de su amor y admiración por la Virgen de Gracia y
Esperanza, goza ya de una amplia trayectoria pregonera en la que se pueden
destacar entre otros, el Pregón del Costalero que pronunciara esta
Cuaresma o el de Las Glorias de María el pasado año 2008.

La parte musical corrió a cargo del Quinteto de Metales AMADEUS de
nuestra ciudad, que interpretó varias marchas procesionales.



Evocación:

Podría comenzar diciendo que desde el primer día que te conocí, sabia que viviríamos una historia de esas de película. Pero no es así. Nuestra historia se ha ido construyendo poco a poco, madurando en la distancia, creciendo en la añoranza del recuerdo y de las ganas por querer verte.

Quisiera contar esas historias de cuando llegaste. De cuando, la escasez desplegaba el ingenio, y el cariño hacía que no te faltase ni un solo detalle. Quisiera haber vivido completamente ese palio verde, tejido desde el amor, y las largas noches de ensayo. Quisiera haber sido uno de esos que dejaron las túnicas a un lado, o abandonaron las aceras para poder subirte en un apoteósico y dramático Domingo de Ramos. Quisiera haber sido uno de esos jóvenes que te pasearon con la primera cuadrilla de costaleros. Quisiera haber sido tantas cosas, pero...

Solo puedo contar otras historias, diferentes, ni mejores ni peores. Una historia que comenzaba en la niñez, y como dos adolescentes, nos fuimos acercando y alejando. Yo con mis cosas y tú, esperándome pacientemente, y así, solo así, nuestra historia es verdadera, no influida por nadie, por viejas tradiciones familiares, ni la de amigos que nos hayan llevado de su mano hacia ti.

Aún añoro el momento

Como si fueses un sueño,

Guardado quedamente

En un rincón de mi cielo.

De aquella lejana cuaresma

Solo queda el recuerdo

De cuando iba a buscarte

Con el frío de un febrero

En una noche cerrada

Y deseos prisioneros

De sentimientos gastados

Al devenir de los tiempos.

Quiero seguir recordando

Mis conseguidos sueños

Quiero poder regalarte

Los que son humildes versos

Y aunque pasen los años

Quiero darle el encuentro

A la más bella Gracia

Y Esperanza que más quiero.

Agradecimientos:

Yo pienso, que para todo en la vida hay un momento. Y creía que para mí, todavía no había llegado el que me diese la oportunidad de contaros los sentimientos que guardo en la profundidad de la alacena del corazón, de los que son protagonista mi Virgen de Gracia y Esperanza.

Pero parece que estaba equivocado, y como me ha dicho muchas veces mi querido amigo, Pitu, Ella nos lleva hacia donde cree que tenemos que ir, nos marca el camino, y nos guía. Nada queda al azar, todo tiene una explicación y una razón. Si Ella ha querido que sea este año, por algo será. Quizás, para animarme por un año que no ha sido el mejor de los vividos, quizás porque sepa que necesito un empujón en el ánimo, o porque sabe que necesito contaros cosas, que de otra manera sería incapaz de hacerlo. Y como Ella sabe lo que hace, tendrá sus motivos, para que él no esté aquí hoy con nosotros. Yo desde este atril, lo único que puedo hacer es pedirle que lo cuide, y que nos lo devuelva pronto a San Diego, porque todavía tenemos muchos proyectos que realizar.

Para que hoy esté aquí, han tenido que pasar varias cosas, pero posiblemente de las más importantes que hayan pasado, ha sido el apoyo de los miembros de mi junta de gobierno. Todos y cada uno de ellos, han aportado su granito de arena para invitarme y convencerme para que aceptara esta dicha.

Pero, quiero agradecer de manera muy especial a mi presentador, Juanma, que aceptase esta responsabilidad. Porque fue un asalto con nocturnidad y alevosía. Gracias por ser mi amigo desde hace tanto tiempo, gracias por confiar en este loco para que sea tu socio. Y gracias por estas palabras, que seguro has tenido que arrancarle a la noche.

Por último, quisiera dar también las gracias, a mi familia, mis primos, mi prima y mi hermana, miembros de esta Hermandad, y a mis padres, que durante tantos años, han hecho el esfuerzo para que pudiese venir a los ensayos, y después, han aguantado silenciosamente el miedo de tener un hijo en la carretera. Gracias por no haberme dicho nunca que faltase a ensayo alguno y por haber hecho que uno de mis sueños se cumpliese.

La Gracia y la Esperanza en Tu nombre:

Es curioso como en estos días de adviento, próximos al nacimiento del Mesías, exaltamos una Imagen Mariana de la Pasión. Pero, si vemos su nombre, está relacionado con dos de las festividades más importantes de la vida de la Virgen María. La celebración de su Concepción, libre de pecado el pasado ocho de diciembre y la de la celebración de su estado de Buena Esperanza el próximo día dieciocho.

La Gracia de Tu nombre, está en el blanco de tu saya, en el pálido color de Tu rostro. La Gracia de Tu nombre, es la dicha de haber nacido para ser, como te ha llamado un gran amigo mío, el primer Sagrario de la Cristiandad. Donde se custodió el Cuerpo y la Sangre de Cristo durante nueve meses. Donde Dios tomó forma humana y donde ya Tu alegría por ser Madre, ya se volvía en la tristeza de saber que el Hijo que esperabas tendría que ser entregado a la más cruel de las muertes. La Gracia de tu nombre, es haber tenido la suerte de acunarlo en Tus brazos, de haber corrido tras Él como cualquier madre tras su hijo para evitar cualquier travesura… la Gracia de Tu nombre, es la que derramas en estas cuatro benditas paredes, cada vez que pasamos a tu vera y te pedimos por cada una de nuestras circunstancias.

El blanco de la Gracia se vuelve verde manto Esperanza, con el que protegernos. Esperanza por ver que el que en San Diego, arrodillado pedía al Padre que pasara de Él, el cáliz de la Alianza, Expira en San Nicolás y resucitará tres días después en San Francisco. La Esperanza de Tu nombre, es la que nos lleva cada día a intentar ser mejores personas, a pensar que si una Madre fue capaz de entregar a su Hijo para la salvación de toda la humanidad, que no tenemos que hacer nosotros. El verde de tu manto es la Esperanza de poder volver a sentirte vivo, durante las horas que el Domingo de Ramos te acompañamos por las calles de Sanlúcar. Es saberte vivo a las cinco de la tarde cuando se abren las puertas de San Diego, y que las últimas horas agonizantes del Domingo de Ramos den paso a una nueva cuenta atrás.

Bajo su palio granate

Una gracia se pasea

Bajo dintel estrellado

Que le sirve de persea.

Con blanca saya caminas

Entre la ola y marea.

Quieren ver a la Señora

Que sus almas les avivan,

Esperanza verde manto

Que guarda manos benditas.

Que sostienen los pañuelos

Para lágrimas vertidas.

Entre varales de alpaca

Repican bambalinas

Con su dulce tintineo

Coquetea con la brisa

Que socarrona quisiera

Acariciar tus mejillas.

Y Contemplar tu mirada

Y degustarla día a día.

Encontrar verdad en ella

Amor, gozo y alegría.

Eres mi bendita madre

Faro de luz y vigía

Que no hay mayor gloria

Que darte toda la vida.

A Jesús a través de María:

Esta tierra sanluqueña, al igual que la mayoría de la andaluza, es Mariana por excelencia. En nuestra Sanlúcar tenemos grandes devociones protagonizadas por la Madre de Dios. La Reina de las Marismas, de la Rocina Señora y dueña del querer de muchos sanluqueños, que es visitada a diario en San Jorge. Carmelitano sentimiento se prodiga desde bonanza siguiendo la desembocadura del río hasta llegar a la bocana del puerto de Bajo Guía y descansa en el remanso de las aguas de la calle de la Capillita. Pero de todas las advocaciones sanluqueñas, la que más nos marca es la de Caridad. Nunca una Imagen tan pequeñita ha tenido tanto significado. Sus milagros, su historia, la entrega por su pueblo, la han hecho que se tan querida por todos nosotros.

Pero no debemos olvidar que María es el puente para llegar a su Hijo, para llegar a Jesús, a Dios hecho hombre. Y así, Gracia y Esperanza es el camino que a muchos los ha llevado hasta Él. El bendito arrodillado de San Diego. Ese Cristo moreno, que entre olivos imploraba que pasara de Él, el cáliz que salvaría a la humanidad, pero que sería el que le enviaría a la peor de las torturas posibles.

Tú, María de Gracia y Esperanza, nos has llevado de la mano a muchos, a conocerle, a quererle, a rezarle cuando hemos necesitado de su compresión y de su ayuda. En San Diego, sus majestuosas manos imploran por nosotros. Y esa mirada agonizante que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, busca cobijo en los hijos por los que va a entregar su vida. Nunca un silencio, una Imagen inanimada ha expresado tanto. Tanto dolor, tanto amor y tanta belleza. Si en Sanlúcar hay unos ojos, esos son los del Señor de San Diego, los que piden clemencia, los que derraman amor, los que buscan a Dios y se ampara en los hombres, si en Sanlúcar hay una mirada, esa es la Tuya, Señor de San Diego. Si en Sanlúcar brillan dos ojos más que los luceros, esos son los tuyos, Jesús de la Oración en el Huerto.

Que buscas con la mirada

Arrodillado en el suelo,

Entre un cielo de olivos

En el terrenal huerto.

Acaso alejarte pides

De este cáliz agorero

Que le entregará tu vida

Al sufrimiento postrero.

Donde miran esos ojos

Que brillan como luceros

¿Qué buscas desesperado?

Entre los hombres consuelo

O una palabra que diga

Que eres el Dios moreno

El de la mirada divina

El que cura del veneno

El que nos lleva y nos guía

Por complicados senderos.

Que encuentras al perdido

Y al valiente hace eterno

El que habita el corazón

De amor puro y verdadero

Jesús en una Oración

Jesús el Dios moreno

Porque en Sanlúcar no existe

Deseo más verdadero

Que verte seguir rezando

Arrodillado en San Diego.

Tus ángeles costaleros:

Hace ya muchos años. Una junta de gobierno tomó una decisión arriesgada en su día. Siguiendo los nuevos aires que se estaban respirando en la Sanlúcar cofrade, intentaron crear una cuadrilla de hermanos costaleros para que llevasen las Imágenes de nuestros amores por las calles de Sanlúcar. Esos intentos, produjeron una serie de acontecimientos, que desembocaron en la ya conocida y más que recordada historia del abandono de Gracia y Esperanza antes de subir el carril.

Esa noche, como he comentado muchas veces, no la viví, por razones de mi edad. Pero lo que si he podido vivir, ha sido, la memoria que ha dejado en el pueblo de Sanlúcar, que cada Domingo de Ramos sigue esperando la subida de Gracia y Esperanza, como la de aquella noche. Esa cuadrilla improvisada, dicen que la subieron como los ángeles.

Años después, la cuadrilla que se creó, fue creciendo bajo las trabajaderas. Algunos, de los que comenzaban en esos años, eran casi niños, y fueron forjando una amistad, compañerismo y estilo propio, del que muchos hemos tenido la suerte de ser sus herederos. Parafraseando a un gran capataz, esta cuadrilla es diferente. Para lo bueno, y para lo malo. Pero sobre todo para lo bueno.

A esta cuadrilla solo le mueve una cosa, y esa es Ella. No entienden el esfuerzo de otra manera si no es para darle el paseo que se merece. La entrega en cada chicotá, la ayuda al compañero, el son de la marcha sobre los pies. Todo para que en primavera, solo haya un lucero, capaz de brillar en la oscuridad de la noche.

Una cuadrilla, que bajo la voz experimentada de Manolo Campos, ha grabado a fuego el nombre de muchos de esos ángeles costaleros. De mis primeros recuerdos, tengo en la memoria al por entonces más joven capataz llamando a Nono, Starky, Pomares o Morcy, antes de la levantá. Una cuadrilla, con Félix, Martín, Joselito Harana, Manolo Franco, Quinco, Chicho…y con los que nunca pensaba que iba a poder compartir esas revirás en la calle Sevilla, con en la Singer, o poder acariciar el empedrado de la cuesta belén y retroceder en las covachas. Una cuadrilla con mayúsculas, que ahora, ha sido heredada con maestría por Pepe, los hermanos Pedrote, Gabi, Carmelo Franco, los sobrinos de Joselito, Javi Rodri, y los que han quedado de los viejos costaleros, como Jerez, David, perico o primo. Ellos siguen haciendo grande a esta cuadrilla, a esta Hermandad.

Pero esta cuadrilla tiene hueco desde hace unos años. En esta cuadrilla, falta un costero en tercera. De los que quedaron de los primeros hermanos costaleros, y que a los que osamos intentar imitarlos, nos acogió y enseñó la idiosincrasia de esta gente. En un costero del paso de palio, hay un hueco, para un costalero, que quiso estar más cerca de Ella. Porque, detrás de la apariencia de duro, existía un solo sentimiento. Solo quería a su Virgen de Gracia y Esperanza. Y con tanto amor, solo podía hacer la locura de un joven imberbe y se fue a buscarla, para no dejarla jamás. Allí, en ese rinconcito del cielo, ya estará igualando a los ángeles celestiales, pero sabe, que su cuadrilla de ángeles costaleros, lo recuerda en cada chicotá del Domingo de Ramos, en cada revirá del Bar Javi con Calvario, y en cada una de los vaivenes de las bambalinas…

Por caminos celestiales

Pasean tus costaleros

Por callejuelas del arte

Y del amor verdadero.

Abrazan las bambalinas

Como si fuesen luceros,

Contonean los varales

Como juncos canasteros.

Con sabida elegancia

Al son de campanilleros

Entregan toda su alma

A la Virgen que más quiero.

Y la pasean con gracia

Y la mecen con esmero

Entregando cada segundo

A la vida del esfuerzo,

Para ayudar al amigo

Y ser buen compañero

Para llevar en los hombros

Encendidos candeleros

Que reflejan en la cara

Del más bendito lucero

Que eres Llena de Gracia

Y Esperanza de San Diego

Que no hay mayor gloria

En este mundo terreno

Que haber sido parido

Para ser ángel costalero.

Momentos:

Dentro de estas paredes se han vivido, y se siguen viviendo muchos momentos indescriptibles. Los muros de San Diego han sido testigos de como se fundaba una Hermandad, con la ilusión de unos cuantos jóvenes y el apoyo y trabajo de un hermano capuchino. Estos muros conocen muchas historias de ilusiones, de sueños, a veces conseguidos y otras no. Historias de entrega, de Hermanas que cuidaban a nuestros abuelos, de trabajo duro y de pocas recompensas.

En estas cuatro paredes, se han vivido, se viven y se seguirán viviendo muchos de esos momentos. En esta casa, todos hemos conocido a muchos de los que hoy forman parte de nuestras vidas. Gente que no teníamos el gusto de conocer y que poco a poco se han ido convirtiendo en personas importantísimas. ¿Cuántas noches no se han pasado sentados al fresco en el cancel de esta Iglesia? ¿Cuántos cultos se han montado? ¿Cuántas tardes de limpiar los respiraderos viejos? ¿Cuántas tardes limpiando la Iglesia y escuchando algún que otro grito del sacristán? ¿Cuántas flores escondidas en las jarras, después de un sábado interminable de flores? Tantos y tantos momentos vividos dentro de esta casa y alrededor de María, porque si muchos estamos aquí, es también por Ella.

Pero de estos momentos, quizás, el que más me ha marcado fue uno que tuve la suerte de vivir no hace mucho tiempo. Se que es una osadía por mi parte contarlo, pero tengo la necesidad de compartirlo. Cuando éramos niños, había un momento en el que los mayores nos decían que no podíamos estar en la Iglesia, que se iban a vestir al Señor y la Virgen. Este hecho, me ha marcado durante mucho tiempo, y aún siendo ya mayor, cuando esto iba a ocurrir, he seguido saliendo de la estancia para dejar que las manos expertas del vestidor, fuesen las que hiciesen su trabajo, sin ningún tipo de distracción. Aquí, hemos tenido la suerte, que nuestra queridísima Imagen ha sido vestida casi siempre por hermanos. Antes nuestro tan querido y olivo de oro Antonio Quintero, y ahora nuestro hermano y mi gran amigo Paco Miranda.

Pues bien, un día nos encontrábamos haciendo algunas cosas por la Iglesia, y Paco, y su “ayudante” comenzaron a sacar la ropa de la Virgen porque la iban a cambiar. Yo, como siempre, estaba esperando para salir cuando se fuese a producir este hecho, pero las labores me distrajeron y cuando vine a darme cuenta, ya iban a empezar con la labor. Paco, consciente de mi inquietud, me invitó a que me quedase, y puedo aseguraros, que ese momento, jamás, se me podrá olvidar en la vida.

El cariño, amor y dulzura con el que un hermano trata a la Virgen, no se paga con dinero. Antonio Quintero la ha querido como a una hija, y la mimaba cada minuto que pasaba con ella. Paco, por su edad, la quiere como a un amor de juventud. Y sus susurros al oído, son los piropos que todos quisiéramos regalarle. ¡Quién fuese las manos de cualquiera de vosotros dos! Para haber podido prenderla por el talle, y haberle puesto cada una de sus sayas, de sus rostrillos, de haber podido hablarle tan cerca, que nadie más nos hubiese podido oír...

Quisiera decirte al oído

Cosas que nunca dijera

Quisiera habitar tan cerca

Y como ellos pudiera

Tocar tus blancas mejillas

Y ser las manos expertas

Que tu saya colocaran

En tu cintura y prenderla.

Quiero ponerte el pañuelo

Que bellas lágrimas secan.

Quiero ser mayordomo

Para colocarte las velas

Para poder alumbrarte

Y que Sanlúcar te viera

La belleza que le entregas

En tus perfiles de pena.

Quiero seguir mirándote

Y prenderte por el talle.

Ser las manos que hicieron

Que te viera elegante

En los días de cultos

O en los altares errantes.

Quisiera haber nacido

Y ser manos celestiales

Que por siempre tocaran

A ésta Bendita Imagen.

Despedida y final:

Después de este torpe recorrido por mi corta historia unida a Gracia y Esperanza. Quiero despedirme de todos ustedes, y agradeciendo que me hayáis escuchado pacientemente, vuelvo al principio de estas palabras.

Seguramente no seré la persona que más merezca haber estado aquí esta tarde exaltando a María, y posiblemente, habrá en esta Hermandad, y entre estas paredes ahora mismo, personas que valgan más que yo el poder dedicarle sus palabras a Ella, a nuestra Gracia y Esperanza. Pero, aunque no sea el indicado, algo ha hecho que tuviese esta dicha, y como para todos ustedes, para mi, Ella es una gran parte de mi vida.

Con el paso de los años, vamos creciendo, evolucionando en nuestra manera de pensar. A veces nos comemos el mundo, otras nos conformamos con lo que nos toca… pasamos de tener nuestra pandilla de amigos, a tener novia, a casarnos, a tener hijos, maduramos y nuestras prioridades en la vida van cambiando. Las ideas, las utopías, los sueños pasan, pero…a casi todos los que estamos aquí, nos une un pensamiento que no podemos quitarnos de la cabeza.

Un día cualquiera, a una hora cualquiera, cualquiera de nosotros, si cerramos los ojos, somos capaces de ver con claridad, la mirada perdida en el infinito de sus ojos, la palidez de su semblante, las manos soportando un rosario y el pañuelo con el que secar las lágrimas que acarician sus mejillas… Ella, habita en nuestra memoria, en nuestro corazón, y seguirá embaucando y atrayendo a nuevos hermanos, que perdidos buscarán su amparo, como todos lo hemos buscado alguna vez. Y caerán en sus brazos, porque nunca ha existido tanta dulzura en unos ojos, ni tantas palabras sin decir en unos labios entreabiertos, ni tanta finura en unas manos, ni tanta pena que consolar en unas lágrimas. Porque todo esto eres Tú…

Eres la luz que ilumina

Estos pasos por la vida,

Eres el sol que calienta

Mis momentos de alegría.

Eres gozo que te entregas

En la honda melancolía

Eres pensamiento eterno

Y eres mi noche y mi día.

Son tus mejillas de nácar

Y tú mirada perdida

La que derrama en Sanlúcar

Tu belleza desmedida.

Eres sendero y camino

Eres mi luz y mi guía,

Eres un sueño, Señora,

Eres la rosa prendida,

Eres la llena de Gracia

Y Esperanza de mi vida

HE DICHO.

Antonio Romero González

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Diciembre

Foto : Antonio Palacios