El Guardabrisas

Del Consejo y Via-Crucis oficiales

Esta Cuaresma pasada, cuando comencé a escribir en el guardabrisas, uno de los temas que me tenía planteado era el hablar del Via-Crucis oficial de nuestra ciudad, pero las circunstancias y el tiempo hicieron que se quedara en el tintero. Pero esos mismos motivos que hicieron que dejase el tema aparcado hacen que hoy que esté de actualidad.

Miren, yo era de esas personas que tenía un sentimiento encontrado con el tema del Via-Crucis. Por un lado me posicionaba a favor de la tradición, el seguir viendo lo que siempre había sido para mí el pórtico de la Cuaresma sanluqueña, el Via-Crucis del Cristo de los Milagros. Es más, cuando se pusieron los azulejos en los lugares que se leían año tras año cada estación, pensé que nunca dejaría de ser el oficial. Pero por otro lado, tenía un pensamiento recurrente en el que no paraba de pensar en que por qué no podíamos organizar un Via-Crucis oficial con otra Imagen diferente al Cristo de los Milagros.

En estos días se ha demostrado una vez más, el escaso compromiso que tenemos los cofrades para con nuestra Semana Santa común. Los cofrades tenemos un gran Ego que nos hace mirarnos continuamente en nuestro ombligo creyéndonos que ese es el centro del universo. Creo que lo acontecido en el último pleno de Hermanos Mayores, en el que no ha salido elegida la Imagen que vaya a presidir el Via-Crucis es un hecho muy grave, y en el que se vuelve a demostrar el poco compromiso de las Hermandades y la falta de claridad en los estatutos del Consejo. No culpo a este consejo ni a los anteriores, pero lo que está claro es que tendríamos que tener unos criterios claros a la hora de las elecciones de ciertos actos.

Bajo mi humilde opinión, no puede dejarse la cosa al azar. Sin tener un criterio previo. Un acto tan importante como el Via-Crucis de Hermandades tiene que tener muy claro el modelo de elección de la Imagen, las que pueden o no optar a organizarlo, la rotatividad etc. Creo que no está bien el ceder una organización por efemérides y otros motivos internos de cada hermandad, ese tipo de celebraciones que quede para culto interno, y si para esto, la permanente del Consejo es la que tiene que decidir, pues que lo haga, porque hay cargos y puestos que su única función es la de decidir, por muy difícil que sea.

En definitiva, este no es más que otro capítulo de la “idiosincrasia” de la Semana Santa sanluqueña, en la que siempre nos quedamos a medias en casi todo lo que queremos realizar. Perdemos tradiciones y copiamos lo ajeno, pero solo lo que nos interesa.

Antonio Romero González.

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