lunes, 2 de junio de 2008

¿QUÉ OCURRE EN NUESTRAS HERMANDADES?

De hace un tiempo a esta parte, estamos viendo una serie de acontecimientos en algunas de nuestras Hermandades, que aunque no sean nuevas, no dejan de ser sorprendentes, tanto por el motivo, como por la Hermandad, o por el momento en el que se ha producido o se produce el acontecimiento en cuestión.

De todos es conocido el estado de decadencia en el que se encuentra una de las Hermandades más importantes y señeras de nuestra localidad. La Hermandad del Nazareno lleva inmersa en un torbellino de peleas y disputas de clanes por el poder, que lo único que han hecho ha sido llevar al más profundo de los abismos a esta Hermandad. Una Hermandad que hace unos quince años era capaz de poner setecientos nazarenos en la calle, no puede llegar al punto que ha llegado esta madrugá.

No seré yo quien le diga a la Hermandad lo que debe hacer o dejar de hacer. No le voy a decir que se adapte a los tiempos, aunque lo piense, no seré yo el que le diga al Hermano Mayor que convoque elecciones o haga una junta de unión, aunque lo piense. Porque esas decisiones las tienen que tomar los hermanos. Pero solo me gustaría hacer una reflexión. Si Hermandades de tanta categoría como El Gran Poder, por poner un ejemplo de la madrugá, ha sabido ir adaptándose a los tiempos, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros aquí? Adaptación no es sinónimo de perdida de identidad.

Otro caso que me llama muchísimo la atención es la Hermandad de la Esperanza. Una Hermandad que tenía que estar más unida que nunca después de todo el esfuerzo que ha realizado para la Coronación canónica de su Sagrada Titular, y resulta que hay varios grupos, como ha existido en la Hermandad del Nazareno tantos años, que ahora mismo se están dedicando a desestabilizar a una junta con una gran persona al frente, y con gente joven y ganas de trabajar.

Está claro que la naturaleza del Ser Humano tiene ese lado oscuro, egocéntrico, que no puede asumir que los ciclos pasan, y que en esto de las Hermandades tenemos que ir dejando pasar a nueva gente, de igual manera que los dejaron pasar a ellos, y que las Hermandades no son de ninguna familia, clan o como quieran llamarlo, en algún caso, ni es el cortijo de alguna persona en concreto. Las Hermandades son de los Hermanos y los Hermanos pasan, pero la Hermandad, si no la hundimos, va a perdurar.

Antonio Romero.

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