lunes, 20 de julio de 2009

Carmen, Carmen, Carmen…

Este pasado sábado se confirmó, lo que ya todos sabíamos, lo grandísimo pregonero que es el Señor Daniel Vargas Palacios. Además, y si me permiten el símil de esa taurina tarde, en una plaza que es difícil de lidiar confirmó alternativa, y en la que ya algunos otros también han defendido sus credenciales con categoría.

Daniel, tiene muchas virtudes como pregonero y escritor. Una prosa exquisita para mi gusto, sin andarse por las ramas, directa y en muchos casos valiente con los temas tratados, comprometida con el mensaje que quiere transmitir. Pero, a la par que directa, no está exenta de grades alardes. Es una mezcla difícil de imitar y conseguir. Embellecer un texto lo suficiente para que sea exquisito, pero que el mensaje no se pierda, está al alcance de pocos, o al menos yo no conozco a más de un par de ellos, y Dani, es uno de esos privilegiados.

De su métrica, rima y versos, hay poco que hablar. Fresca, sentida y rítmica. Todo ungido con el cariño que le pone a todo lo que escribe. Es muy difícil hacer esos poemas largos sin perder un momento la intensidad, más bien al contrario, consigue que vaya creciendo hasta el límite que el quiere.

Se notan las tablas cada día más. Las interpretaciones en el atril, cada día son mejores. En los que son grandes pregoneros se les nota o ha notado una evolución, y ésta en el pregón del Carmen de Bajo de guía ha sido impresionante. No solo por su parsimonia ya tras el ambón pregonero, también porque otra de sus virtudes, es hacer un pregón para cada ocasión. Que quizás para mí, es su mayor virtud, o la virtud que lo distingue del resto. No todos los públicos son iguales, ni todas las circunstancias son iguales. Sin perder nunca el norte de lo que está haciendo, es capaz de adaptarse a cada circunstancia.

Creo que gozamos en la actualidad de una hornada de jóvenes pregoneros y escritores que van a darnos muchas satisfacciones. Pero, como en esta vida, tiene un inconveniente. Creo que por suerte están haciendo méritos importantísimos para pregones de mucho renombre, pero esos pregones, para mí entender deben llegarles con más edad, que les de tiempo a seguir viviendo experiencias y enriqueciéndose tanto en lo cultural como en la vida Cristiana. Para los que pensaban que el futuro de los pregoneros sanluqueños no estaba asegurado, creo que ya pueden estar más tranquilos. A los nombres de ilustres y consagrados exaltadores, tenemos el privilegio de seguir añadiendo nombres como José David Sánchez, Juan Francisco López Escobar, Álvaro Ballén Pozo, Julio Rodríguez Cedillo, José Luís Raposo López, y el ya nombrado Daniel Vargas Palacios…

Un gran futuro para la pregonería, el que nos deparan estos nombres, y por supuesto, con pregones como el de esta sábado, creo que voy a tener difícil el ver cumplido el sueño de ver a mis amigos peinando canas en un ambón, les llegarán más pregones, en breve.

Enhorabuena.

Antonio Romero González

El guardabrisas

No hay comentarios: