sábado, 1 de marzo de 2008

II Pregón Joven Foro Sanlucar Cofradiera.

II Pregón Joven.
Iglesia de San Francisco, 29 de febrero de 2.008.


Hay en mi pecho una Virgen, patrona de marineros
Que ilumina el Jueves Santo con su verde terciopelo
Hoy quiero pedirte, Madre, con corazón sincero,
Que me des Tu permiso para expresarte mi anhelo:

Deja que de mis labios se me escape un “Te quiero”,
Haz que se vaya contigo para que se haga eterno
Déjame acompañarte con mis sentimientos,
Déjame un año más ser Tu costalero.

Haz de mi Vida, Señora, de los pobres consuelo;
Cobíjame en Tu manto, déjame entrar en Tu cielo,
Y que allí en Tu morada me convierta en cordero
Que guíes y vigiles entre oscuros senderos.

Regálame Madre Mía de Tus manos el pañuelo
Con que enjugar las lágrimas de Tu rostro sereno
Quitaré las espinas de Tu corazón tierno
Y curaré con Amor el daño de tu Seno.

Se mi faro y mi guía, mi vigilia y mi sueño
Y que sea Tu mano la que lleve el gobierno
De esta barca de letras en mares de sentimiento
Para que sean tuyos, Pregón y pregonero.



Reverendísimo Señor Don Ángel Pérez del Yelmo, capellán de San Jorge y párroco de Santa Ángela.Miembros de la Permanente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sanlúcar de Barrameda. Señores Hermanos Mayores de las Hermandades sanluqueñas. Moderadores y miembros del Foro Sanlúcar Cofradiera. Cofrades, amigos, señoras y señores.

Gracias. Es inconcebible que no comience agradeciendo a mis compañeros, los moderadores del foro Sanlúcar Cofradiera, el haberme concedido la oportunidad de dar este pregón. Mucha es la responsabilidad que depositáis sobre mis hombros, pero mayor es la confianza y amistad que me demostráis. No tengo palabras para deciros cuánto valoro este gesto que habéis tenido para conmigo, y por ello, sólo me queda volver a repetir, una y otra vez y hasta que el aliento deje de salir de mi pecho, gracias.

Es complicado hablar ahora, tras esta presentación magistral de Manolo. Un nudo de recuerdos, emociones y sentimientos embargan mis palabras y hacen que las lágrimas asomen a mis ojos, puesto que son muchos los momentos intensos compartidos. Indudablemente ha aumentado mis pocas virtudes y obviado mis muchos defectos, guiado por el cariño: ese afecto que nos tenemos desde niños, cuando jugábamos a los pasitos con infantiles anhelos. Ahora, todo un Hermano Mayor de la Semana Santa sanluqueña, ha tenido la deferencia para conmigo de querer ser mi presentador en este difícil lance, y sabe que se le agradezco de todo corazón. No me dejes, Manolo; sigue siendo mi compañero y mi apoyo en los momentos difíciles, como siempre lo has sido.

Pregón Joven … creado por jóvenes, destinado a jóvenes y recitado por un joven. Ahora que algunos acartonados cofrades, de los que se anclan a olvidadas costumbres y vacuos privilegios, se revuelven en sus anquilosados asientos al observar la llegada de la juventud a las Hermandades, es el momento más propicio para este tipo de exaltaciones. Si, por que los jóvenes de hoy estamos llamados a ser los que actualicemos nuestras Hermandades y Cofradías, los que consigamos que se olvide la figura estereotipada del capillita enchaquetado, sustituyéndola por la de un pueblo cristiano y cofrade inquieto, con ganas de ayudar en su parroquia, con ganas de convertirse en esa “sal de la tierra y luz del mundo” que Cristo nos anunciara. Ojo, que no estoy invitando a no prestar atención a la experiencia atesorada por esos grandes cofrades que nos han legado este inmenso patrimonio que es nuestra Semana Santa, sino que exhorto a que siguiendo sus sabios consejos y tomando como base su dilatada experiencia, enriquezcamos nuestro camino junto a la Cruz del Señor. Os invito hoy, jóvenes cofrades, a no ser meros partícipes de nuestra Semana Mayor, sino a ser instigadores de una nueva manera de vivir cristiana, donde demostremos al resto del mundo que el Evangelio vive y renace en cada uno de nosotros. Y como cada nueva generación tiene la obligación de conservar e incrementar el patrimonio que les ha sido legado, quisiera que los jóvenes de hoy no dejáramos nunca de lado el patrimonio espiritual, que no nos convirtamos en esos “sepulcros blanqueados” sino en verdaderos pilares donde se asienten nuestras creencias y tradiciones, de la mano de una intensa y rica vida espiritual. Que así sea.

Quisiera advertirles a todos, de antemano, que este no es un Pregón de Semana Santa como el que podremos oír el Domingo de Pasión; seguramente nuestro querido Selu nos deleite con una elocuencia iluminada en la que caeremos presos y viviremos con él un anticipo lírico de nuestra Semana Mayor. Este simplemente es el Pregón de un joven que se siente cristiano y cofrade, y cuyo único fin es tratar de transmitirles qué vamos a vivir en las jornadas que se avecinan, donde conmemoraremos una vez más la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo de una forma completamente nueva, pues siempre termina y siempre resurge como el Áve Fénix, esta bendita ilusión de evangelizar a nuestros vecinos y visitantes.


Las cornetas van formando
Pentagramas en el Castillo;
El cielo se está asomando
Con ilusión de chiquillo

En el Padrillo el azahar
Trae el aroma de otros tiempos;
La Torre de la Caridad
Atesora sus recuerdos.

La parroquia de la O
Tiene estampa nazarena,
Calle Ancha se perfuma
Con jazmines y azucenas

En la Cuesta de Belén
Las piedras están impacientes;
Las Covachas toman forma
De paso palio valiente.

Ya Sanlúcar se convierte
En nueva Jerusalem
Donde Jesucristo vuelve
A alimentar nuestra fe
Con Su Pasión y Su Muerte.


Cuando todavía en algunos establecimientos cuelgan las vencidas cuerdas donde estaban las loterías navideñas de nuestras hermandades, nos disponemos a vivir una nueva manifestación de la Pasión, Muerte y Resurrección según Sanlúcar. Ya la primavera tímidamente abre sus puertas, bullendo su cálido regazo con un estallido de verdor que perfumará, en forma de albo azahar, el caminar silente de nuestros Cristos. Este año, por caprichos del calendario, la cuaresma ha aparecido subrepticiamente, casi sin anunciarse, en nuestras calles y plazas. Los actos organizados por las Hermandades casi se aglomeran; las madres sanluqueñas llenan los comercios en busca de ese capirote nuevo, o tratando de encontrar unos zapatos o un lozano vestido para que lo estrene su hija esta nueva Semana Santa. Se perpetúan en el tiempo estas tradiciones, como la de asistir a la Misa de Palmas y estrenar ropa el Domingo de Ramos. Ya ha llegado la Cuaresma, el tiempo de la conversión, el perdón y el arrepentimiento. Y es justo que así sea, puesto que tenemos que prepararnos para la GRAN FIESTA de los cristianos, que no es otra que la Pascua de Nuestro Salvador. Si, fijaos en lo que digo: la Pascua es la festividad más importante para los cristianos, porque en ella festejaremos nuestra liberación del pecado y de la muerte, y nos uniremos a Cristo Crucificado y Resucitado para compartir con Él la Vida Eterna y el sentimiento de Esperanza por su vuelta gloriosa el Día del Juicio.

Y ella, como siempre, estará en San Miguel, causando la admiración de los sorprendidos infantes que allí acudirán para verla, por primera vez o siguiendo un camino marcado por sus mayores. Allí les espera ese humilde jumento que sirvió de cabalgadura al mejor de los nacidos, ese bruto animal que tuvo en su haber el orgullo de portar sobre sí a Cristo, y que cada año rememora la hazaña. La borriquita en la que Jesús entrará gloriosamente en esta Jerusalem barrioalteña, desde donde bajará al mismísimo centro de la ciudad para proclamar, un año más y ya van 59, que Sanlúcar se va a sumergir de lleno en su sacrosanta Semana Mayor.

Y María Santísima de la Victoria … siempre siguiendo a su Hijo.

Ya Jesús llega a Su puerta,
ya el paso avanza en la iglesia
Y ya se posa en el dintel
en el que todo comienza

“¡¡¡Hosanna!!!” Sanlúcar grita
para recibir radiante
a Cristo en la Borriquita.

Se oyen los primeros sones,
Suenan donosas trompetas
“Ya está el primero en la calle”
Es lo que todos comentan.

“¡¡¡Hosanna!!!” Sanlúcar grita
para recibir radiante
a Cristo en la Borriquita.

Y Ella que todo lo sabe
Se sostiene en Su entereza
Aguanta el llanto que acude
A los ojos de esta Reina

“¡¡¡Hosanna!!!” Sanlúcar grita
para recibir radiante
a Cristo en la Borriquita.

Yo que te tuve en mi seno
Y te crié con cariño
¿He pronto de presenciar
Cómo a Ti te dan martirio?

Hijo Mío, Tú que puedes
Impide que esto se cumpla
Y que te vuelvas conmigo:
Se Luz frente a la penumbra

No permitas que te atrapen
orando en el Huerto oscuro
ni que sea en un madero
donde te vea en un futuro.

Madre, Tú bien ya lo sabes:
Según siempre ha estado escrito
Todo ha de consumarse
Siguiendo el Verbo Divino

Que yo sufriré azotes
Y de Espinas coronado
Cargaré con esa Cruz
En la que seré clavado

Pero es por la Redención
De los hombres que lo hago
Para ello Dios te eligió
Y así Tú me has alumbrado.

Pero no sientas tristeza
Ni Te abandones al quebranto
Que pronto llegará el día
Que vuelva Resucitado

“¡¡¡Victoria!!!” grita María
Que hoy es Domingo de Ramos
Vistámonos de Alegría
A recibir al Mesías
Que comienza hoy Su Reinado.

Las infantiles devociones quedan de manifiesto en esta Hermandad, verdadera cantera de cofrades de pro, donde todos los niños de Sanlúcar quieren salir, albos y radiantes, con sus palmas o sus cirios para acompañar a un Cristo Triunfante, cuyo semblante todos quieren grabar en su retina para no olvidarlo cuando se acerque la hora donde lo escrito se ha de cumplir.

Y así como joven es esta Hermandad en su nómina de hermanos, Joven se denomina a este Pregón. Joven, puesto que es la juventud la mejor definición que podemos otorgarle, siendo sus organizadores y oradores menores de treinta años. Nació este Pregón como respuesta a la necesidad patente de nuestros cofrades menos expertos de poder, a su manera, glosar las Virtudes de María y la Gloria de Jesucristo. Es a los jóvenes a los que debemos cuidar y mimar, puesto que son y serán la base de nuestras hermandades y los referentes del cristianismo en nuestra localidad. ¡Cuántas tardes pasadas limpiando una candelería!. Pues así, esa es la manera de hacer hermandad y tener a los jóvenes cerca: dándoles la oportunidad de trabajar por su Hermandad, conversando con ellos para mostrarles nuestro punto de vista, animándoles a participar en la Eucaristía y en los actos de nuestras cofradías, y por supuesto, dándoles ejemplo de vida cristiana y cofrade. Es un orgullo poder estar aquí hoy siendo el representante de la juventud cristiana y cofrade, y lo será el día de mañana cuando algún joven pregonero suba a este atril y deje volar su imaginación para realizar una magnífica exaltación a nuestra particular y peculiar Semana Mayor.

Sigue avanzando el Domingo de Ramos, y desde el Hospital llegan quejidos de cornetas y redoblar de tambores. Jesús Orando en el Huerto dejará sus magistrales andares impresos en las piedras de La Cava, y todos aplaudiremos entusiastas ante los impresionantes izquierdos y costeros de este Misterio. Pero no queda todo ahí, puesto que esta Hermandad ha hecho una firme apuesta por la Formación y la Adoración al Santísimo Sacramento. Todos los jueves del año, en la Iglesia de San Diego, esta Hermandad realiza su adoración a Jesús Sacramentado en el Altar, siendo momentos muy emotivos los que se viven entre los muros de la Iglesia del Hospital. Abusando de la amistad que me une a numerosos miembros de esta corporación, invito a todos los que deseen vivir esas intensas experiencias a que se lleguen cualquier jueves, a la caída de la tarde, al ladito del Castillo y se solacen comprobando como las Hermandades de Sanlúcar saben hacer cosas más trascendentes para el cristiano que pasear al Señor o a Su Bendita Madre.

Cada Domingo de Ramos el castillo se engalana
Para recibir a Cristo y a Su Madre soberana
Que se asoman a Sanlúcar con su gracia sevillana
Y perfuman a la cava con aromas de Triana.

Suenen toques de cornetas y redobles de tambores
Y bajo la parihuela corran jóvenes sudores
Suban plegarias de incienso al Cristo de sus amores
Y en un jardín de hermosura, la más guapa de las flores.

Que corra por Su frente la Sangre redentora
Y siga siendo Su cara ese rostro que enamora
Y tras Él, bajo Su palio, llegará confortadora
La Reina de San diego, de la Cava Señora.

Andares soberanos, izquierdos y costeros
Al compás de la música manifiesta el empeño
De ese grupo de ángeles llamados costaleros
Que pasean al Señor con el arte del cielo.

Que se estremezca la tarde en la Cava del Castillo
Y observemos radiantes, con ilusión de chiquillos
Cómo de nubes de incienso han bajado a bendecirnos
La Señora de la Gracia y el Redentor Prometido.

Más se nos ha ido el Domingo de Ramos sigilosamente, casi sin notarlo. Cuando llegamos a casa, saciados de sensaciones que se agolpan en nuestros ojos, nuestro olfato y nuestros oídos, volveremos la cara hacia lo que se avecina deseando que no llegue tan rápido el nuevo día, que la Semana Santa es muy corta y rápidamente se nos acaba.

El Lunes es por antonomasia la jornada de reflexión. Queremos todos retener en nuestra retina aquello pasado y a la vez, dejar espacio para lo que está por llegar. Día laborable, y más aún en la Hermandad franciscana que procesionará esa misma tarde, donde todo se volverá planchado de túnicas y preparación de sandalias, buscando esos guantes que están en un cajón, esperando con ansia que llegue ese día en el que cobrarán protagonismo al ser impregnados por la cera de la devoción hacia unos Sagrados Titulares que dan ejemplo de seriedad en las calles sanluqueñas.

Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. Y cuánta falta nos hacen esa Humildad y Paciencia a todos y cada uno de nosotros a lo largo del devenir de nuestros días. Cuántas veces nos dejamos arrastrar por nuestro orgullo o nuestra ira, sin tener en cuenta ese mensaje de Amor, del Divino Amor que esta Hermandad manifiesta cada Lunes Santo por Sanlúcar y todos los días del año en su Basílica Menor de La Caridad.

Y tras el Señor, la Reina Blanca del Barrio Alto.


Lágrimas de tu Humildad
Recorren tu Rostro a mares
Mientras de tu Barrio Alto
Tú vas quitando pesares.

Llevas en Tu corazón
De dolor siete puñales
Que te traspasan los centros
Viendo todas las maldades

Luz de la tarde es Tu palio
Y las torres tus varales
Y es aroma de bodega
El que inciensa tus andares

Y las estrellas del cielo
Iluminan Tus ciriales
Son los trinos de los pájaros
Tus sones procesionales

Tú, divina barrioalteña,
Que jamás viste los mares
Y en la viña jornaleros
Te levantan pedestales

Tú, María Inmaculada
Soberana de lagares
De casas del Barrio Alto
Y bodegas señoriales

Sanlúcar para Tu Manto
Borda motivos caustrales
Pues eres Reina del Pueblo,
De viñas y litorales.

¡¡¡Lágrimas de tu Humildad
Como en el cielo estrellares
Alumbran el Lunes Santo
Con tus Benditos andares!!!

Llegará la mañana del Martes Santo, y con ella por delante, nos llegaremos a visitar a Ntro. Padre Jesús del Consuelo y a María Santísima del Mayor Dolor, pero antes seguramente muchos de los aquí presentes nos dediquemos a “echarle un vistacito al foro”.

El foro se ha convertido en el nexo de unión de la mayoría de los cofrades sanluqueños. Es el espejo donde las Hermandades se miran para ver la opinión general sobre sus decisiones, estrenos, actos, … Casi todas las cofradías cuentan con un “infiltrado” que les mantiene informados puntualmente de todo lo que allí se habla y se opina, habiéndose convertido sanlúcarcofradiera en un referente a nivel local de lo que será la Semana Santa en Internet. Vanos serían nuestros esfuerzos si no quisiéramos aplicar las nuevas tecnologías también al ámbito de nuestras Hermandades, puesto que sería luchar contra el avance inexorable de los tiempos. La información es la que puede mantenernos en la vanguardia de nuestra sociedad, dándonos el poder de defendernos ante los ataques que este mundo, por desgracia cada vez más reacio a manifestarse cristiano. En un tiempo en el que confesarse cristiano católico ya no está de moda, Internet y sus portales, páginas y foros cofrades pueden ser nuestro baluarte ante la ola de descreimiento y egoísmo que nos amenaza y nos llega a través de los medios de comunicación y algunos organismos oficiales. Está manos de nosotros, los cofrades, impedir que nos arranquen nuestra Religión y nuestra cultura, y debemos para ello utilizar todos los medios a nuestro alcance.

En esta Hermandad del Consuelo, por ejemplo, han optado por abrir sus puertas de par en par a todos sus Hermanos y Devotos que deseen pasarse por su Casa de Hermandad. Así, unidos y siendo lo que nunca debería dejar de ser, un grupo de cristianos, es como mejor podemos evitar los maliciosos comentarios de aquéllos que nos desprecian e insultan diciendo que cada uno sólo mira por su Hermandad. Esta nueva y joven Junta de Gobierno de nuestra querida Hermandad del Martes Santo ha sabido dar ese paso que a algunas hermandades con más solera y posibilidades tanto trabajo parece costarles. Enhorabuena a todos ellos, y ojalá nos depare Dios más veladas amenas de camaradería cofrade a la luz que irradia el

Consuelo del Martes Santo.

No quiero decirte adiós
Cuando regreses al Carmen
Quiero contigo quedarme
Darte mi humilde calor
Ser ese rayo de sol
Que ilumine tu hermosura
Pues no existe galanura
Con que pueda compararse,
Ni existe dolor más grande,
Ni hay cara como la Tuya.

Quisiera llevar yo el peso
Del Madero Redentor
Para ayudarte, Señor
Pues ya Te quiebra los huesos;
Y dar a Tu Madre un beso
En Su mejilla de nácar
Quitar del pecho esa daga,
Madre del Mayor Dolor,
Ser el Consuelo de amor
De Tu pena soberana.

Comienza ya la jornada que sirve de medianera en nuestra Semana Mayor. Y comienza con una Hermandad Sacramental que, curiosamente, lleva el nombre de Estudiantes. Esta Hermandad sirvió para demostrar cómo las inquietudes de los jóvenes sanluqueños tenían su lugar en la Semana Santa de nuestra ciudad. Ahora parece que en algunos sectores de este mundo cofrade que nos rodea consideran a la juventud una enfermedad que se cura con el tiempo … mas sinceramente, creo que se equivocan. Como muestra, esta nueva Junta de Gobierno cuenta con muchísima gente joven que, guiados por los consejos de sus mayores, se disponen a dar a su Hermandad todo su esfuerzo y empuje que siempre la caracterizó. Fijaos que en el Calvario sólo quedó Juan con las mujeres: Juan, el más joven de los apóstoles, apenas salido de la adolescencia, al que siempre se representa lampiño e inocente, pero decidido, valiente y fervoroso como pocos.

Seamos los jóvenes de hoy como San Juan y demos testimonio verdadero de que nuestra juventud no está reñida con las ganas de querer hacer las cosas bien y amar a Dios … Y fijémonos como él, en ese Calvario donde el Señor nos mostró a la Madre de la Humanidad personificada en Nuestra Señora de las Penas …


¿Quién te podrá consolar?
Cuando Tú, Madre Divina,
Sin pecado concebida,
Nunca a nadie has hecho mal …
¿Te tienen que compensar
Desgarrándote la vida?

¿Quién te podrá consolar?

Tú, que encarnaste al Verbo
Y fue el fruto de Tu cuerpo
Puro, limpio y virginal
¿Y te habremos de pagar
Dándote el mayor tormento?

¿Quién te podrá consolar?

Si has tenido que callarte
Cuando azotaban Su carne;
Viéndolo Su Cruz cargar
¿No Te quisiste cambiar
Tú por Él para aliviarle?

¿Quién te podrá consolar?
Si colgaron de una Cruz
A aquél al que diste a luz
Y allí lo viste expirar
¿Quién llegará a vislumbrar
Lo que padeciste Tú?

Madre mía de las Penas
Ni San Juan ni Magdalena
Te van nunca a abandonar
Así como Tú Hermandad
Y Tu gente nazarena
Te harán caminos de cera
Pa’ poderte consolar.

A veces, guiados por nuestro orgullo creemos conocerlo todo y estar por encima de los demás. Quizás no siempre sea por vanidad, sino que movidos por el infinito amor a nuestros Titulares nos convertimos en cerriles y obstinados seguidores de una ilusión vacía. Pero no hemos jamás de olvidar que las hermandades, tal y como las conocemos hoy en día, nacen de la humildad, del deseo de rendir culto a Dios y a Su Madre Bendita, y no son meros grupos formados alrededor de una imagen. No nos quedemos con el continente sin mirar el interior, lo realmente trascendente. Nosotros los jóvenes somos los llamados a perpetuar el verdadero sentido y razón de ser de las Hermandades y Cofradías, que son mucho más que una muestra de folklore. El miércoles santo podremos hacernos eco de lo que significa una hermandad populosa. Y cuando digo populosa, me refiero a una hermandad del pueblo, una hermandad de gente humilde que han sabido dotar a su corporación de uno de los tesoros más importantes: la FE. La FE con mayúsculas, la devoción a unos Titulares que mueven a un pueblo a seguir a su Señora y a reverenciarla ese bendito Viernes de Dolores, cuando la Plaza se paraliza y se convierte en un transitar de fieles y devotos que acuden, cada año, a deleitarse con María de los Dolores y a prepararse para la Semana Mayor que llega. Hermandad mariana donde las haya, porque … ¿quién va a la plaza y no entra a ver cómo está la Señora?. La Reina de los Dolores tiene un algo especial que hace que todo el que la ve se quede prendado de su gracia, que le entren a uno ganas de subir hasta ella y secarle una por una sus lágrimas, de dejarse acariciar por esas manos benditas y besar, hasta consolarlo, esa rostro que es un jardín florecido …

Es Tu carita de nardo la perfumada poesía
Que se expande por la Plaza y la Trascuesta
Eres, Señora, una flor puesta
Para traernos la luz de cada día.

Traspasaron Tu pecho siete dagas
Que Tu corazón roto aún conserva
Cuando los azotes en Su espalda tierna
Vuelven a flagelar Sus santas Llagas.

Y Tú tras de Él vienes llorando
Compungida de dolor, siete Dolores,
Mas aún así la más bella de las flores
Palidece ante en misterio de Tu encanto.

Hoy te pido perdón, Señora mía,
Y ante tus plantas me postro desolado
Llorando como un niño castigado
Sin culpa, cuando no lo merecía.

Sé que dicen de mí que te he injuriado
Que salieron de mi boca sierpes frías
Mas Tú sabes que jamás blasfemaría
Ni hablaría mal de Ti, ni Te he faltado.

Lenguas empozoñadas han enfriado
Ese cálido amor que nos unía
Pero jamás de mí hacia Ti saldrían
Esas calumnias que alguno ha levantado.

Sabes que bien Te quiero y he querido
Que por Ti hasta mi sangre he derramado
Que junto a otros mi sudor esforzado
Empapó un día Tu faldón enlutecido.

Puede que ese rencor me encaminara
A decirles aquello que no siento
Mas dentro de mi pecho hay un lamento
Cada vez que me vuelvo hacia Tu cara.

Algunos de tus hijos con falacias
Mancharon nuestra unión aquella tarde
Pero Tú arreglaras aquel desaire
Sembrando Tu amor lleno de gracia.

Por mi parte sabes que nunca nada hubo
Siempre fuimos sinceros uno y otro
Siempre nos entendimos entre nosotros
Mi alma contigo problemas nunca tubo;

Tal vez fue por mi culpa y asimilo
La penitencia que quieras imponerme;
Pero déjame otra vez volver a verme
Volver a Ti siendo pródigo hijo.

Reina de los Dolores, sólo pido
Que no me dejes nunca de la mano
Que volvamos a ser todos hermanos
Bajo Tu manto, buscando Tu cobijo.

A todo aquél que yo haya ofendido
Yo quiero desde aquí pedir disculpas
En mí sólo hallará brazos tendidos
Dejemos ya esta absurda disputa
Y démonos la mano, hermano … amigo.
Llegada es la hora en que Jesús ha de ser juzgado. El día del Amor fraterno nos presenta desde la plaza de San Roque a Jesús Cautivo, silente ante el castigo que se le ha inflingido. La dulzura de Su rostro nos invita a ser como Él, pacientes y misericordiosos, ofreciendo la otra mejilla a aquéllos que nos azotan. Impresionante es ver la devoción de un pueblo a esta Bendita Imagen, a la que siguen en su transitar multitud de personas que, a Su semejanza, silentes y pacientes sólo nos muestran su amor hacia Cristo. Porque creo firmemente que todos los aquí presentes conoceremos a alguna persona que ha ofrecido llevar los colores del Señor o su Escapulario, o a quien todos los viernes se llegan a Los Desamparados a rezarle, o a aquél que, de camino a la Plaza, se pasa a conversar con Él. ¡Cuánto ha de saber el Cautivo de las penas y alegrías de los sanluqueños!


¿Qué te pedirán, Cautivo?
¿Acaso piden trabajo
O salud para sus hijos?
¿O piden quizá consuelo
Para el corazón herido?

¿Qué no te dirán Cautivo?
¿Te dan las gracias acaso
Por un favor concedido?
¿O simplemente Te quieren
Y por eso van contigo?

¿Qué te ofrecerán, Cautivo?
¿Acompañarte ese Jueves
Y hacer camino contigo?
¿O llevar escapulario
Y tu morado vestido?

¿Qué no sentirán, Cautivo?
¿Los dolores de una madre
Que vé juzgar a su Hijo?
¿O estarán reconfortadas
Por tu callado cariño?

¿Qué no callarás, Cautivo?
¿Los pecados y pesares
De Tu pueblo arrepentido?
¿O las gracias y promesas
Por esos sueños cumplidos?

Es Tu caminar silente Consuelo del afligido
Pues Tu redención espera;
Y tras de Ti, con Su pena,
Camina dando cobijo
La más bella de las perlas,
Que conforta a quien
Te sigue, Y los guía con Su Estrella.


Ya ha arribado el Jueves Santo al Barrio Marinero, y San Nicolás se engalana para que la Niña del Pueblo se pasee un año más por Su Sanlúcar del alma. Frescas están todavía en las retinas de los cofrades ese mágico día que fue el de la Coronación canónica de María Santísima de la Esperanza, día en el que Sanlúcar demostró a propios y extraños qué bién se saben hacer las cosas y cómo se quiere a la Madre del Salvador en nuestra ciudad. Como cofrade y esperancista, será muy difícil que alguna vez se borren de mi memoria los actos realizados con motivo de esta gran celebración. El Santísimo Cristo de la Expiración, Medalla de Oro de la Ciudad, presumirá otro año más de Madre guapa cuando la gente del barrio salga a buscarlo por la calle Bolsa, y les alentará el corazón diciéndoles: “Ahí detrás viene mi Madre, mirad qué preciosa viene”. Porque es así. Disculpad si se me llena la boca hablando de la Señora del verde palio, pero Ella conquistó mi corazón de niño y tiene allí Su morada.


Esperanza Marinera
Otra vez vengo a rezarte
Pues hay dentro de mi pecho
Cosas que quiero contarte.

Esperanza Marinera,
De los pobres baluarte
No existe en el mundo joya
Con que poder compararte

Es Tu manto, reina mía
Como un verde mar de encajes;
los faldones verde trigo
Donde nacen los varales
Que sostienen a tu palio
Cuando sales a la calle.

Esperanza Marinera,
Eres farol encedío
Que ilumina nuestra tarde;
Y eres madre de los hombres,
Y eres la llama que arde
Y eres corazón herido
De donde rebosa el arte
Y eres estrella en el cielo
Y eres madre entre las madres
Y eres la luz que nos guía
Y el templo de Salomón
Y la torre de David
Y la rosa de la pasión
Y el cáliz de la amargura
Y eres la que eligió Dios
Y eres rosal de hermosura
Por eso Te coronó
Como Reina en las Alturas.

Por eso te rezo hoy
Desde el pregonero ambón
Y en cada letra que escribo
Te pongo mi corazón
Y mi alma en las palabras
Que lanzo como oración
Y quebrando mi garganta
Te pido “ten compasión
De este humilde pregonero
Que de Ti se enamoró
Y que dá su vida entera
Llevado por el Amor
A su Esperanza Marinera.”

Puede que algunos, los menos, todavía no se hayan hecho eco de la noticia que el obispo nos regaló hace ya más de un año: en Bonanza se encuentra una nueva Agrupación Parroquial. Y no es como para no tomarla en serio: se trata, nada más y nada menos, de la Santa Cena. Si; Jesús Sacramentado en la imposición de la Eucaristía pronto procesionará por nuestras calles, mostrando plásticamente como el pan y el vino se transfiguran en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Salvador. Esta joven Agrupación lleva ya varios años gestándose, y van poco a poco imponiendo un estilo de seriedad y buen hacer que no pasa desapercibido para los cofrades de nuestra ciudad. Ante todo, están recibiendo formación con su párroco, participando y ayudando en su parroquia, y sobre todo, derrochando ilusión y ganas de ayudar a todo aquel que se dirija a ellos. Desde aquí quisiera rogaros que sigáis así, que estáis dando el ejemplo de cómo la juventud no olvida los valores tradicionales y tiene fuerza y empuje más que suficientes como para cimentar una nueva Hermandad que está llamada a ser de las Grandes de nuestra ciudad. La fascinadora noche del Jueves Santo deja paso a la Madrugá. Madrugá que ha sido parcialmente dañada por las acciones irreverentes de algunos desalmados, para los cuales no existen otros valores que el EGO supremo que les domina, y para quienes su bienestar está sobre todo y sobre todos. Pero no podrán, por más que lo intenten, vencer o atemorizar a los cofrades del que siempre fue para Sanlúcar su Señor de la Madrugá. No podrán evitar que el barrio alto lo siga en su caminar, ni que siempre esté su altar lleno de flores, ni que se postren ante Él rogándole favores. No, sencillamente, porque el Nazareno está por encima de los tiempos, puesto que no habría Semana Santa en Sanlúcar sin su Nazareno caminando al alba.

Qué sacrosanto veneno
Exhala la Madrugá
Que a un pueblo va a enamorar
Tu caminar, Nazareno.

Señor con la Cruz cargada al hombro
Que en Sanlúcar ostentas señorío
Y curas con amor el pecho herido
Cargando con las culpas de nosotros.

Tú que tienes poder sobre esta tierra Vuelve
Tus ojos cargados de ternura
Y no permitas que caigamos con premura
En las redes de quien quiere verla muerta.

Regidor perpetuo de mi pueblo
La cruz de Tu Sanlúcar es la pena
Con la que cargas en madrugá de condena
Venciendo con Tu luz a todo sueño.

No dejes de apiadarte de nosotros
Continúa Tu madrugá perpetuando
Como has hecho a lo largo de los años
Colmando de Tu gracia a tus devotos.

¡Qué sacrosanta hermosura
Nazareno no tendrás
Que Sanlúcar va detrás
De Tu senda de Amargura!

En esta noche especial existen actualmente muchas distracciones que nos hacen, a veces, olvidar el verdadero sentido de nuestra Semana Santa. Las luces, la música, el ruido, la perspectiva de unas vacaciones donde relajarse del trabajo diario … Pero tenemos aquí en nuestra ciudad una Hermandad que se encarga de recordarnos cuál es ese sentido con su humildad y su silencio. Silencio fervoroso, que acompaña a Cristo sin mirar a otro lado que no sea el frente, callados, recogidos cada uno en sus pensamientos, quién sabe si meditando acerca de las letanías rezadas en la Iglesia antes de salir a realizar una verdadera Estación de Penitencia. Es una gran suerte, para todos los creyentes, contar en nuestra localidad con una Hermandad como esta que, a pesar de su juventud, ha sabido imprimir su sello austero. Hermandad de ruán, de esparto y capirote espigado, pero también de cultos internos exquisitos, de implicación en los problemas de su parroquia y de especial vinculación con sus Amados Titulares. Este que les habla, nunca ha de dejar de invitar a todo el que conozca a que se acerque por esta Hermandad del Silencio, donde hallará cómo a veces la oración y la meditación silenciosas son más efectivas para los pesares del alma que las arengas bullangueras. Por eso quiero pedirte, Sanlúcar, que esta noche mágica de la madrugá, donde las Hermandades más multitudinarias dan el relevo a los dos Nazarenos de la madrugá sanluqueña, dejes salir desde San Francisco a esta Hermandad Lasaliana arropada por tu fervoroso y afectuoso Silencio.

Que no suenen las cornetas
Ni redoblen los tambores
Mientras Jesús Nazareno
Camine por tus rincones.

Que no se escuchen murmullos
Sólo suene a madrugada
Y permanezcas, Sanlúcar,
Como la noche callada.

Que no le canten saetas
Ni se le rece en voz alta
Que arropemos con silencio
El dolor de Su mirada.

Que no suenen los aplausos
Ni se te escape algún ¡ole!
Mientras Jesús del Silencio
Pase bajo tus balcones.

Sanlúcar, guarda silencio,
Con tu cruz también cargada
Y observa cómo María
Con Su cara nacarada

Sigue en silencio a Su Hijo
Y sus lágrimas amargas
Se funden con el rocío
Fresco de la madrugada.

Las Virtudes teologales
De las que va acompañada
Se reúnen bajo el palio
Donde tiene Su morada

Amor … cuánta razón tuvo
El que a Ti te puso nombre
Pues eres Amor profundo
La Fe que mueve este mundo
Y Esperanza de los hombres

Si al leño verde le hacéis esto … ¿Qué no haréis con el leño seco?. Esta frase, del mismísimo Jesucristo, es la que da sentido a esta Hermandad de la Vera+Cruz. Nos presentan a Cristo ya exánime, tras haber Expirado en el Árbol del Perdón. La verdadera Cruz, donde los cristianos hayamos la redención prometida, ya ha cumplido con su finalidad. Por ello esta Hermandad lleva el color verde, para recordarnos que Cristo, el leño verde, se sacrificó por nosotros en el más atroz de los tormentos. Y si de esa forma nos portamos con el mejor de los nacidos … ¿cómo nos portamos con nuestros semejantes?. Es tiempo de decir basta. De decir basta a la intolerancia, a la xenofobia, al racismo, al machismo, … Es tiempo de abrir nuestros corazones al mundo y predicar con nuestro ejemplo. Que cuando los descreídos nos observen nos reconozcan como cristianos diciendo “mirad cómo se aman”. Porque ese es el verdadero mensaje de la Cruz, el AMOR sobre todas las cosas, el AMOR sin medida como medida para todos los aspectos de nuestra vida. Quiera Dios que así sea, y que lleguemos a ver algún día cómo los miembros de las Hermandades damos el ejemplo vivificador que este mundo necesita, y sustituyamos ese consumismo atroz que nos agobia por un reino de CARIDAD cristiana y AMOR al prójimo. Fijemos nuestras miradas en ese Cristo que gozosamente se entregó por nosotros, y tratemos de calmar nuestros impulsos irreflexivos, poniéndonos en el lugar del otro y tratando a nuestro prójimo como nos tratamos a nosotros mismos.


Ya muere lenta la tarde
De un Viernes Santo de duelo
Y colgado de un madero
Aguarda que todo acabe.

Ya expiró su último aliento
Y la vida se le fue A
l que construyó la Fe:
En La O Cristo se ha muerto.

Se rasgó el velo del Templo
Y sin Él la primavera
Nunca florecerá entera
Con su pródigo ornamento.

Todo es tristeza y dolor,
Todo crispación y llanto
Todo es pena y es quebranto
Al ocaso de ese Sol.

De lágrimas un Rosario
Viene Tu Madre rezando
¡Qué solo quedó el Calvario
Con Tu Vera Cruz al pairo
Del aire del Viernes Santo!

¿Qué decir que no sepáis ya de la Hermandad de Angustias? Doy gracias a Dios por haber conocido esta época en la que las Hermandades nos hemos unido, rechazando vacuos enfrentamientos ya olvidados. Somos, a día de hoy, un grupo fuerte y unido, que encuentra en esa unión la fuerza que necesita para hacer frente a los tiempos que se avecinan. Clarísimo ejemplo de filantropismo nos presenta esta señera Hermandad que ha sido una de las pioneras en abrir sus puertas y su corazón al resto del pueblo cristiano. En su Casa de Hermandad podremos encontrar, amén de esas noches de jueves de conversación y proyectos compartidos, una mano amiga dispuesta siempre a ayudar a quién la solicite, de manera generosa. A semejanza de María Santísima, esta Hermandad se ha perpetuado en el tiempo desde su fundación hace ya cuatrocientos años, siendo la única de nuestra ciudad que nunca ha desaparecido ni interrumpido los cultos a Sus Titulares. Las Angustias que María Santísima pasaría siendo mudo testigo de la Pasión y Muerte de Su Único Hijo … ¿cómo podría soportarlas? Porque hemos de saber que ese sentimiento, el de angustia, no es meramente miedo, sino una inquietud que brota del centro mismo del alma. Y diferenciémosla en dos tipos: la que podemos padecer ante nuestro futuro y la que surge ante la salvación de los demás. Recordemos que María es la intercesora Divina ante Jesucristo, quedando patente este hecho al ser la primera en rogarle su intervención en las Bodas de Canáa. Por ello las Angustias de María son dobles: las de ver a Su Hijo yacer inerte en Sus brazos, y las dudas que la recorrerían al haber sido elegida por el Señor como Madre del Mesías y ver cómo fue vencido temporalmente por la Muerte. ¿Cómo podría saber Ella que Jesús resucitaría al tercer día?. Pongámonos por un momento en Su lugar, y miremos más allá del dolor de cualquier Madre. Su Fe, Su confianza, Su Vida … dedicadas a seguir el Evangelio de Cristo, y ver cómo el Fruto de Su vientre es detenido, azotado, vilipendiado, coronado de espinas, cargado con la Cruz y finalmente, crucificado. ¿Cuántas dudas, Señora, no corroerían Tu Corazón?. Y, sin embargo, allí siguió, al pié de la Cruz, con Su llorar taciturno, sin abandonar ni dejar de abrazar el cuerpo exangüe de Su Hijo aún a pesar de tener el Corazón traspasado por Siete Puñales.

Sobre Tus rodillas descansa, ya inerte
Vacío el madero contempla el momento
En que se acabaron todos Sus tormentos
Cuando en Tu regazo puedes sostenerle.
Tú, que desde niño le diste el sustento,
¿Quién puede saber lo que fue perderle?

Tu cálido abrazo no siente Su pulso
Tu rostro es un cielo estrellado en lágrimas
Y sientes la pérdida con la pena atávica
Que ya desde Eva recorre este mundo.
Abrazas Su Cuerpo con Tus manos lánguidas
¿Acaso lo acunas con breves susurros?

Tu palio desdeñas, no quieres consuelo,
Que ya el firmamento le sirve de techo
Al gran desaliento que colma Tu pecho
Y es que tanta pena no cabe en el cielo.
Que nada Te alivia el corazón maltrecho
Ni para Tu luto Te sirven los velos.

La Rosa fragante hoy se muestra mustia
Pero conservando su fina belleza:
Muestra con primores de pura realeza
El modo sublime de llevar Su Angustia.


Cristo Yacente es mostrado al pueblo en su Sepulcro, donde reposa tras haber sido desclavado del madero. Su cuerpo presenta los rigores de Su Pasión, y nos podemos hacer eco de Su sufrimiento contemplando los hematomas y hemorragias que pueblan su vapuleada anatomía. Él, que vino a salvarnos, ha tenido que encontrarse con la Muerte para así poder redimirnos de nuestros pecados. Es impresionante ver cómo esta Hermandad es acompañada por el resto de Hermandades y por la Corporación Municipal, en señal de respeto. Mucho es el dolor que la cara de María Santísima de la Soledad refleja en su rostro, y se aprecia su profunda aflicción en la forma desesperada en la que se aferra a los clavos que traspasaron la carne de Nuestro Redentor.

Qué sola vas con tu pena
La tarde del viernes santo
y cómo pesa el quebranto
tras cumplirse Tu condena

¿Cómo puedes, Madre
Buena andar detrás de
Tu Hijo sin más calor ni cobijo
que el que da la luna nueva?.

¿Cómo puedes sujetar
los clavos que traspasaron
Su Carne, y que clavaron
al Dios de la humanidad?.

Tu, de belleza sin par,
Inmaculada preciosa,
eres perfumada rosa
y es Tu cara de azahar;

Tú, bella entre las más bellas,
escogida perla blanca,
hoy rendido ante
Tus plantas sólo puedo murmurar

Que ya la tarde se aleja
y todo va a terminar
camino de San Francisco …
¡qué sola, la Soledad!

Termina la Semana Santa de Sanlúcar en una oscura noche de Viernes Santo, cuando se cierran las puertas de San Francisco tras entrar la Soledad. Y como la noche invita a eso, permítanme que les narre un sueño:

Yo de niño soñaba apesadumbrado con una Semana Santa donde el Cristo Yacente nos sumía en un mar de incertidumbre. ¿Cómo podía acabar así el Hijo de Dios hecho hombre? ¿Sería posible que la Muerte ganara la batalla a la Vida, encarnada en la persona de Jesús de Nazaret?

Y hete aquí que en mi sueño, vislumbré cómo una luna de plata se imponía a los turbios nubarrones de la noche con una diáfana luz de cristal; y al cantar el gallo, con la llegada de un sol de oro que relucía en el firmamento con un fulgor nunca antes conocido, Cristo aparecía desde el mismo templo donde se refugió inerte para transmitirnos el mensaje de esperanza que encierra el Evangelio: la Luz venció a las tinieblas, y Jesús Resucitado arrancó a la Muerte su victoria sobre todos los que creemos en Él.

En este sueño, compartido por un grupo de colegiales imberbes colmados de ilusión, Cristo resucitaba y nos anunciaba que confiáramos en Él, el amigo que nunca falla; que nos esforzáramos en ser sal de la tierra y luz del mundo, para anunciar la buena nueva a los cuatro puntos cardinales. Así, de un sueño nacido de la certidumbre y la fe en el mensaje de Cristo, nació en el seno de La Jara la que hoy es Hermanad de la Sagrada Resurrección.

¿Y qué puedo decir yo con palabras para expresar lo que es ser del Resucitado?

Ser del Resucitado es
Un gozo, una ilusión,
Un sentimiento que fluye
Del centro del corazón
Y que se mete en el alma
Y sale en forma de llanto
Cuando Te asomas al alba.

Cuando Te asomas al alba
Ese Domingo bendito
Y con Tu rostro sereno
Nos confortas a Tus hijos
Y a María Magdalena,
La que postrada a tus pies
Ya no llora por su pena,
sino de alegría pura
de ver vivo a su Señor
después de la noche oscura.

Después de la noche oscura
Vuelves para redimirnos
Pues eres el Salvador,
El hijo de Dios, el Cristo,
Que se inmoló por los hombres
Al que nos guía nuestra fe
A reverenciar Su nombre

Y eres Hijo de David,
Y eres Cordero de Dios,
El Enmanuel elegido
Y el Divino Redentor.

Saliste en la Borriquita
Anunciándonos la Paz,
Y en tu Agonía en el Huerto
Nos mostraste tu Humildad

También nos diste Consuelo
Con tus Milagros Divinos
Y diste Misericordia
Aún cuando estabas Cautivo

Expiraste en el Silencio
De un madero Nazareno
Y Angustias pasó Tu Madre
Cuando te vio pender muerto

Te vimos colgar inerte
En Vera Cruz bajo el cielo
Y Yacente en Tu traslado
Para Tu Sagrado Entierro.

Pero en ese Cuerpo frío
Ya chisporroteaba el fuego
Del Cristo Resucitado
El que bajó de los Cielos

Y eres el confortador,
Y el mejor de los nacidos,
Y el que me quita los miedos
Y el que siempre está conmigo
Y eres Santo entre los Santos
Y Bálsamo para el herido
Y resplandece Tu gracia
En quiénes viven Contigo.
Y eres luz en las tinieblas
Y eres carbón encendido
Eres el celestial sol
Que ilumina mi camino.


Ya este humilde pregón ha llegado a su fin. Espero que no haya sido demasiado pesado y que sepan disculpar las carencias de este joven pregonero que sólo tiene en su haber el sentirse cristiano, mariano y cofrade por los cuatro costados. Sólo un pequeño favor quisiera pedirles, antes de finalizar, y es que sigamos siendo todos los sanluqueños los verdaderos pregoneros de nuestra Fe, dando ese ejemplo vivificante que tanta falta hace en nuestra sociedad. De nada servirían los pregones, las charlas ni la formación si luego no reflexionamos y aplicamos nuestras conclusiones en nuestra vida diaria.

Permítanme ahora que finalice dirigiéndome al que es el verdadero Cordero Pascual que se inmoló por nosotros y nos regaló la Vida Eterna venciendo a la Muerte:

Señor Resucitado, mi Cristo Bendito, Tú que das sentido a nuestra Semana Santa; Tú que introduces en nuestro corazón el deseo de seguirte; Tú, al que honramos desde que llegaste a la Jara hace ya diez años, y seguimos queriendo como el primer día … Permítenos, Señor, que vivamos siempre el maravilloso misterio que conforma nuestra Semana Santa, ese Bendito crisol de emociones y sentimientos que nos hacen proclamar cada primavera que Sanlúcar es y será Cristiana y Mariana por la Gracia de Dios.

No puedo dejar de agradecerte
Que me dieras el don de contemplarte
Y que me concedas la gracia de amarte
Desde que Te ví hasta el día de mi muerte.

Pues eres, Señor, mi Cruz de Guía,
Y resucitas mi alma sólo al verte
Es junto a Ti cuando me siento fuerte
Pues alimentas mi fe y mi alegría.

Eres mi sostén, mi vara y mi cayado,
Y aunque Te ví sufrir en la agonía
En el madero, como un ladrón clavado,

Volviste con la luz del nuevo día
¡Que se enteren lo que repito a porfía,
Que en Sanlúcar, Cristo ha Resucitado!




He Dicho.
Daniel Vargas Palacios

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